8 beneficios de la fisioterapia geriátrica

8 beneficios de la fisioterapia geriátrica

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Antes de nada… ¿sabes qué es la fisioterapia geriátrica? La fisioterapia geriátrica es la encargada de tratar diversas enfermedades propias del envejecimiento, como el dolor, la pérdida del equilibrio, la funcionalidad articular, la elasticidad o la masa muscular. Se trata, e...

Antes de
nada…
¿sabes qué es la
fisioterapia geriátrica?

La fisioterapia
geriátrica es la encargada de tratar diversas enfermedades propias del
envejecimiento, como el dolor, la pérdida del equilibrio, la funcionalidad
articular, la elasticidad o la masa muscular.

Se trata, en resumen, de un conjunto de técnicas orientadas tanto a la prevención como al tratamiento de las diferentes patologías originadas por el paso de los años y que, si las abordamos correctamente, podemos retrasar notablemente su avance. Como por ejemplo…

  • Lesiones propias de la edad como artrosis o
    las fracturas de cadera.
  • Enfermedades óseas, como la osteoporosis o la
    artritis.
  • Afecciones como
    la incontinencia urinaria y fecal
  • Enfermedades cardíacas y pulmonares.
  • Desordenes de la coordinación y el equilibrio.
  • Patologías neurológicas como el Parkinson o el
    Alzheimer.
  • Limitaciones funcionales relacionadas con la
    movilidad.

8
Beneficios de la fisioterapia geriátrica

Ahora sí, ya podemos hablar de los beneficios concretos que
nos puede aportar la fisioterapia geriátrica. Dependiendo de los objetivos que
el fisioterapeuta quiera perseguir con cada paciente, la fisioterapia
geriátrica tendrá unos beneficios u otros. Para ello, es imprescindible que el
especialista cuente con la mayor cantidad posible de información sobre cada
caso o paciente. A continuación, destacamos 8 beneficios de la fisioterapia geriátrica los cuales podrán
percibirse tanto a nivel físico como psicológico.

  1. Combate la falta de actividad y mejora la
    movilidad física.
  2. Contribuye a recuperar la flexibilidad y la masa
    muscular, además de fortalecerla.
  3. Aumenta la autoestima del paciente, así como su
    seguridad en sí mismo.
  4. Mejoría del rango
    articular.
  5. Mejora el control postural.
  6. Mantiene de autonomía de los movimientos.
  7. Reduce el dolor y puede llegar a retrasar el
    avance de la patología.
  8. Mejora la coordinación y el equilibrio,
    reduciendo el riesgo de lesiones producidas por caídas.

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