Beneficios del paseo en niños

Beneficios del paseo en niños

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Músculos fuertes, huesos sanos y correcto desarrollo físico/psíquico, ventajas del paseo en niños La vitamina D, que se sintetiza por tras la exposición solar, es fundamental para el crecimiento óseo y la adecuada mineralización del hueso Los estímulos externos son necesarios para el...

Músculos fuertes, huesos sanos y correcto desarrollo físico/psíquico, ventajas del paseo en niños

  • La vitamina D, que se sintetiza por tras la exposición solar, es fundamental para el crecimiento óseo y la adecuada mineralización del hueso
  • Los estímulos externos son necesarios para el desarrollo físico, cognitivo y psicológico de los niños
  • La visión de lejos puede verse comprometida tras periodos largos de confinamiento

 Las consecuencias del confinamiento pueden ser mayores en los niños que en los que en los adultos. “Los niños no son adultos en pequeño”, puntualiza el Dr. Javier Miranda, responsable junto con el Dr. Salvador Martínez del Servicio de Pediatría en los hospitales Vithas de Valencia y Castellón (Vithas Valencia 9 de Octubre, Vithas Valencia Consuelo y Vithas Castellón). Dos factores diferencian fundamentalmente a los niños de los adultos: el crecimiento y el desarrollo. En confinamiento, se ven mermados. De ahí que la autorización para que los niños salgan de paseo una hora al día sea una magnífica noticia.

La salida a la calle permite la actividad física. “El hecho de poder andar, correr, ir en bicicleta, jugar o columpiarse es de gran ayuda para mantener unos músculos fuertes y unos huesos sanos, algo importante en cualquier época de la vida, pero fundamental en la edad pediátrica”, afirma el Dr. Miranda.

En este sentido, explica, la acción de la vitamina D es fundamental para el crecimiento óseo y la adecuada mineralización del hueso. Esta vitamina D se sintetiza por el organismo tras la exposición solar, aunque puede ser suplementada por vía oral.

“Consecuencias similares tiene el sedentarismo”, añade. La tendencia actual en la infancia y la adolescencia es a moverse cada vez menos. Diversas organizaciones, entre ellas la Asociación Española de Pediatría, recomiendan la realización de actividad física moderada o intensa durante al menos 60 minutos diarios. “En niños este objetivo puede verse comprometido si no pueden salir a la calle a correr durante el confinamiento”.

Estímulos externos: necesarios para el desarrollo

El desarrollo en los niños hace que dependan en mayor grado que los adultos de la relación con el entorno para regular sus emociones y sus conductas. “Sabemos que el aislamiento prolongado o la falta de estimulación persistente puede tener consecuencias tanto psicológicas como cognitivas e incluso físicas, pudiendo afectar al desarrollo. Un niño aislado puede presentar ansiedad, irritabilidad, insomnio, miedo a enfermar, y otras manifestaciones derivadas de la falta de estímulos externos, la disminución de la interactuación con niños de su misma edad o los cambios de horario en sus actividades básicas”.

Cuidado de la visión

Pintar, jugar con juegos de mesa, dispositivos móviles, TV…las actividades de los niños en confinamiento trabajan mucho la vista de cerca. Y muy poco de lejos.

“Es  poco probable que la utilización de dispositivos móviles, televisión o en general el hecho de tener que fijar la vista sólo en objetos cercanos tenga consecuencias a largo plazo en la salud visual. Pero sí puede tener consecuencias a corto plazo, ya que el hecho de fijar la vista en teléfonos o tablets conlleva una menor frecuencia de parpadeo”. Y así,  disminuye la producción lacrimal, y puede aparecer desde irritación ocular a problemas corneales más importantes. Además, la fatiga ocular por mantener la mirada fija en estos dispositivos durante un tiempo prolongado puede producir visión borrosa o dolor de cabeza.

Para minimizar estos efectos, de forma paralela a la actividad física, “es conveniente realizar ejercicios oculares cuando se salga de casa, enfocando en objetos lejanos, o jugando a juegos como el clásico “veo-veo”, donde de forma involuntaria se ejercitan los músculos que controlan el movimiento del ojo”, explica el Dr. Miranda. Y puntualiza, “no hay que esperar al fin del confinamiento para estos ejercicios, ya que se pueden hacer en muchas ocasiones desde los balcones o las ventanas de las casas”.

Prevención al volver a casa

En términos de seguridad y prevención de contagio frente al covid-19,  “una vez finalizado el paseo, las recomendaciones serían las mismas que para cualquier persona que salga al exterior durante la época del confinamiento: evitar que los niños toquen pomos, barandillas, buzones o los botones del ascensor. Al entrar en casa, hay que lavarse las manos con agua y jabón, o incluso aprovechar para hacerlo coincidir con el momento del baño, y si es posible cambio de ropa y de calzado (por uno que  sólo utilicemos dentro de casa).

Mascarillas y niños

“Que lleven mascarillas sería adecuado, pero con los niños tenemos que ser realistas”, reconoce el Dr. Miranda. Es difícil que un niño que sale a correr y jugar pueda mantener una mascarilla facial durante el tiempo de juegos. “¡Si hasta en invierno nos cuesta que se pongan una bufanda!” Si no se puede, por la edad o por la actitud del niño, es importante mantener una distancia de separación suficiente, “al menos de 2 metros”, matiza Javier Miranda.

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