Se ha hecho de rogar, pero el verano ya está aquí. Con él llegan el calor y sus famosas ‘olas’ que pueden poner en peligro nuestra salud si no aplicamos unos sencillos consejos.
- Alimentación liviana.
Durante las épocas de mayor calor, no es recomendable consumir comidas pesadas, copiosas y abundantes ya que su lenta digestión aumentará nuestra temperatura corporal. La mejor opción son alimentos livianos como frutas, verduras o ensaladas, así como zumos naturales.
- La actividad física, mejor a primera hora del día.
Si hacemos ejercicio durante las horas centrales del día (entre la media mañana y la tarde) y al aire libre las posibilidades de sufrir un golpe de calor aumentan considerablemente. Si las temperaturas te lo permiten, aprovecha las primeras horas del día (de 6 a 8 de la mañana) para practicar tu deporte favorito.
- El algodón o la seda, tus aliados a la hora de vestir.
En verano, y en especial durante aquellos días de mayor calor, debemos usar ropa de algodón o seda, así como colores claros que eviten que nuestro cuerpo se sobrecaliente o no transpire correctamente.
- Hidrátate constantemente.
Es muy importante que bebamos agua constantemente sin esperar a tener sed. Eso sí, hay que evitar las bebidas muy frías o, por el contrario, las muy calientes. El exceso de azúcar, cafeína o alcohol dificultará también que nuestro cuerpo pueda hidratarse correctamente.
- ¡Al rico aire acondicionado!
Ya sea en nuestra casa, en el trabajo o en espacios públicos tendremos que prestar especial atención a la ventilación. Mantenernos en lugares ventilados o con aire acondicionado cuando la temperatura ambiente es muy elevada es la mejor solución para evitar golpes de calor.