D. José Luis Sánchez, capellán del Hospital Vithas Madrid Arturo Soria, nos explica en esta carta cómo ha vivido estos días sus encuentros con los pacientes ingresados por Covid-19.
He de confesar que, al principio, el desconcierto se apoderó de mí. Lo que parecía lejano se tornó en una apisonadora imparable que vaciaba las calles y llenaba las urgencias del hospital.
¿Cómo voy a hablar de Dios o llevarle a la gente que sufre en mitad de este caos? Pensé que me encontraría con gente enfadada con Dios por permitir semejante atrocidad, con gente que le echaría la culpa o decidiría que Dios era inútil en mitad de una catástrofe semejante. Pero he descubierto que, en mitad del dolor, las personas necesitan encontrar sentido y a alguien que les dé esperanza.
Recordaba las palabras del Padre Kolbe, muerto en el campo de concentración de Auschwitz, cuando le preguntaban dónde estaba Dios y él respondía: “Dios está sufriendo en la cruz para que todos los que tengan padecimientos sepan que no están solos, que Dios les quiere y les acompaña sufriendo con ellos porque Él sabe lo que es dolor”.
Por eso, después del desconcierto inicial, solo he querido compartir con las personas que visitaba y con el personal sanitario la esperanza que nace de sabernos amados del Dios que ha hecho que la última palabra no la tenga el dolor y la muerte, sino la Resurrección y la Vida.
Y lo ha hecho haciéndose carne, como nosotros, para acompañarnos en la enfermedad. Y lo ha hecho sirviendo y amando hasta el extremo, enseñándonos, así, que merece la pena servir y cuidar a los demás como lo hace nuestro personal sanitario.
Muchas gracias por el testimonio que me dais y por permitirme este servicio generoso y abnegado.
José Luis Sánchez, Capellán del Hospital Vithas Madrid Arturo Soria