Ejercicios de Kegel: una buena solución para combatir la incontinencia urinaria.

Ejercicios de Kegel: una buena solución para combatir la incontinencia urinaria.

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Para combatir la incontinencia urinaria podemos realizar los ejercicios de Kegel o ejercicios hipopresivos, ambos son una excelente forma de trabajar y fortalecer los músculos del piso pélvico, los cuales son los encargados de la apertura y cierre de los esfínteres de la uretra. En el cas...

Para combatir la incontinencia
urinaria podemos realizar los ejercicios de Kegel o ejercicios hipopresivos, ambos
son una excelente forma de trabajar y fortalecer los músculos del piso pélvico,
los cuales son los encargados de la apertura y cierre de los esfínteres de la
uretra.

En el caso de los ejercicios de Kegel, fueron creados en la
década de 1940 por el médico ginecólogo Arnold Kegel,
como un medio para prevenir y solucionar la incontinencia urinaria en
mujeres tras el parto. Kegel ideó unos ejercicios que se basaban en la
contracción de la musculatura del suelo pélvico y comprobó que tenían muy
buenos resultados.

Si queremos controlar la incontinencia urinaria solamente con estos ejercicios, es necesario hacer cada contracción correctamente todos los días, hasta que se resuelva el problema. El tiempo de recuperación es diferente en cada persona, pero, por norma general, en un mes ya es posible observar los resultados, pero el tiempo de tratamiento puede variar de 6 meses a 1 año.

Estos ejercicios pueden ser realizados en los casos de
incontinencia urinaria tanto en mujeres como en hombres.

¿En qué
consisten los ejercicios de Kegel?

Los pasos a seguir para realizar los ejercicios
Kegel son:

  1. Contraer despacio, pero con fuerza los músculos del suelo pélvico (parte interior de los muslos, alrededor del recto) y mantenerlos en tensión durante algunos segundos. Después relajarlos y volver a empezar. Al inicio, la duración de los ejercicios dependerá de cada paciente, pero con el tiempo la duración de los ejercicios Kegel debería ir aumentándose hasta los 10 segundos.
  2. Contraer y relajar de forma rápida y constante los músculos del suelo pélvico durante algunos minutos.
  3. Interrumpir y reanudar voluntariamente la micción cuando se está orinando contrayendo la zona.

Una vez conseguido el objetivo, se puede disminuir su
frecuencia, pero no es recomendable dejar de practicarlos o los músculos
volverán a debilitarse y el problema se incrementará de nuevo.

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