En el cuidado de personas enfermas, las manos constituyen un vehículo de transmisión de agentes patógenos, ya sea por contacto directo de persona a persona, o indirecto a través de objetos contaminados previamente, que posteriormente pueden contaminar al paciente.
La higiene de las manos es una acción muy simple, y se debe de practicar por toda persona que realice cuidados a un paciente, ya se trate de personal sanitario o cuidadores, ya que es la medida más importante para reducir la incidencia de infección y la propagación de los microorganismos. Los dispensadores de gel hidroalcohólico en todos los servicios es clave para poder potenciar esta buena práctica.
¿En qué momento es necesaria la higiene de manos?
- Antes del contacto con el paciente: al estrechar la mano, ayudar al paciente a moverse o realizar un examen clínico
- Antes de una tarea aséptica: cuidado dental, aspiración de secreciones, curas, inserción de catéteres, preparación de alimentos o medicamentos
- Después de una exposición a fluidos corporales y después de quitarse los guantes: extracción de manipulación de sangre, heces, orina; manipulación de desechos; cuidado dental y aspiración de secreciones.
- Después del contacto con el entorno del paciente: ajustar la velocidad de perfusión o cambiar la cama al paciente
- Después del contacto del paciente: al estrechar la mano, ayudar al paciente a moverse o realizar un examen clínico