Revisiones médicas en la infancia: a qué edad y por qué

Revisiones médicas en la infancia: a qué edad y por qué

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Las revisiones del niño sano son un elemento fundamental de la actividad pediátrica. Se trata del momento idóneo para realizar medidas preventivas, ofrecer consejos de promoción de la salud, identificar ciertos problemas o enfermedades de forma precoz y resolver las dudas que los padres plantean...

Las revisiones del niño sano son un elemento fundamental de la actividad pediátrica. Se trata del momento idóneo para realizar medidas preventivas, ofrecer consejos de promoción de la salud, identificar ciertos problemas o enfermedades de forma precoz y resolver las dudas que los padres plantean a menudo.

La primera visita

La primera revisión del recién nacido es el momento en el que comienza la relación entre el bebé y sus padres con el pediatra.

En esta visita, explica, se explora por completo al niño, se le mide y pesa, y se revisan todos los datos del embarazo y el parto, apunta el doctor Francisco J. Rodríguez Povar, pediatra del Hospital Vithas Madrid La Milagrosa.

También se evalúa el tipo de alimentación ofrecida al menor y se comprueba si es adecuada. La lactancia materna es el alimento exclusivo recomendado por los pediatras hasta los 6 meses de vida y uno de los deberes de los profesionales es contribuir a su promoción.

En esta y en siguientes revisiones, además, se ofrece información sobre vacunas, lactancia y cuidados habituales del bebé. También se facilitan consejos sobre la posición durante el sueño, la prevención de accidentes domésticos y la necesidad de mantener, especialmente durante los primeros 6 meses de vida, una adecuada fotoprotección.

Revisión de los 2- 3 meses

Durante esta visita al pediatra se evalúa el desarrollo a nivel físico y neurológico del niño.

"Comienza la aplicación de una de las medidas preventivas fundamentales, que complementan las revisiones del niño sano: la administración de las vacunas. Durante el primer año de vida se administrarán nuevas vacunas a los 4, 11 y 12 meses, y el calendario se completa con la administración de las últimas vacunas y dosis de refuerzo a los 4, 6, 12 y 14 años", detalla el especialista.

Revisiones de los 4, 6, 9, 12 y 24 meses

En cada revisión se realiza una valoración global del crecimiento del niño. Estos datos son comparados posteriormente con gráficas que muestran el crecimiento normal de los menores sanos. En los niños pequeños, incluye la medición regular del perímetro cefálico y la valoración del cierre de las fontanelas craneales.

A medida que el niño crece, se amplían las recomendaciones y consejos ofrecidos a los padres sobre diversos temas. A partir de los 6 meses se considera el momento adecuado para iniciar la alimentación complementaria y, desde los 2 años, se incide en consejos sobre salud bucodental.

Revisiones de los 4, 6 y 9 años

Durante la edad escolar continúa la valoración del desarrollo físico y neurológico, a lo cual se añade una dimensión fundamental: la social. Es esencial para el pediatra evaluar la integración del niño a nivel escolar y familiar, y detectar situaciones que afecten a su salud emocional.

Continúa la evaluación de la talla y el peso, y es fundamental ofrecer consejos sobre alimentación saludable e incidir en la realización de ejercicio físico regular para mantener un peso saludable y evitar la obesidad infantil.

Revisiones de los 12 y 14 años

Las últimas revisiones marcan el inicio de la transición hacia la edad adulta. Además de comprobar el correcto desarrollo puberal, se previene sobre temas relevantes en esta etapa: se ofrecen consejos adaptados al paciente sobre actividad sexual y uso de métodos anticonceptivos, y se hace hincapié en la prevención del embarazo no deseado y el abuso de drogas.

“Las revisiones del niño sano, en definitiva, son un elemento fundamental para que el pediatra pueda guiar y acompañar a los padres durante el camino de crecimiento y desarrollo del niño. El seguimiento continuo de este proceso permite que se establezca una relación de confianza entre los padres y el especialista, creando un entorno adecuado para que puedan manifestar sus dudas y recibir consejo y apoyo”, detalla el experto.

Además, concluye que, como responsables de los cuidados del niño, los padres deben estar atentos a cualquier signo o síntoma que les llame la atención, consultando siempre con el pediatra cuando tengan la más mínima sospecha de algún problema en el desarrollo psicomotor, el crecimiento o el desarrollo madurativo, afectivo y social del menor.

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